Muy poca gente se puede imaginar que junto a las costas levantinas
españolas se halla un area de similar fenomenología que el triangulo de
las Bermudas.
Con un área de unos 30.000 kilómetros cuadrados, esta zona de forma
triangular, engloba un entorno que comprende desde la desembocadura del
Ebro hasta la isla mallorquina de Es Vedra y no tiene nada que envidiar a
otras aéreas misteriosas del planeta.
Desapariciones, luces misteriosas, sonidos estanos y la presencia continua de OSNIS y OVNIS, es una constante que viene dándose en el triangulo desde hace mucho tiempo atrás, e, incluso, la propia isla se ha visto afectada por más de un rumor de supuesta base de OVNIS.
Historia
Pese a que existen ciertas anotaciones anteriores, podemos decir que
esta zona adquirió cierto peso cuando a principios de 1976, un grupo de
submarinistas profesionales escucharon unos extraños ruidos bajo las
aguas englobadas dentro del triangulo.
Ese mismo año, poco después del famoso incidente de Manises,
concretamente el 12 de septiembre de 1979, era fotografiado desde
Soller, como un objeto luminoso emerge de las aguas a poco más de un
kilómetro mar adentro.
Tras esto, salen a la luz cientos de casos en los que submarinistas
aseguran haber sido testigos de extraños OSNIS sumergido, los cuales son
descritos en su mayoría como objetos cilíndricos similares a tanques,
así como un sinfín de extraños sonidos remarcados aun más por el extraño
comportamiento de los peces de la zona.
Misteriosas desapariciones
La lista de incidentes con misteriosas luces y los famosos OSNIS no
son lo único que caracteriza a esta anómala zona del planeta ya que, al
igual que ocurre con sus homólogos, muchas naves han desaparecido sin
dejar el menor rastro.
Curiosamente, el primer caso de desaparición constatado se remonta a
la aparición en la zona del petrolero Mar Atlántico, el cual apareció en
la zona totalmente desolado, sin ninguna tripulación igual que le
ocurrió al buque Mary Celeste
Así mismo, una de las anomalías más rara y frecuente que se dan en la
zona, es la continua desorientación de las aves que pasan por la zona,
tornando su vuelo errático como si hubiera un fuerte campo
electromagnético que las desorientara.
Tal vez lo más representativo de este fenómeno de desorientación lo
tiene un grupo de mil palomas soltadas a doscientos veinte kilómetros
mar adentro de las cuales desaparecieron todas y ninguna volvió a ser
vista.
Ciertamente, muchos de los que aseguran haber visto las extrañas
luces del cielo del triangulo, aseguran que las brújulas, casi como si
realmente existiera una perturbación del campo magnético terrestre, eran
incapaces de de marcar el Norte tronándose totalmente inservible.
Huelga decir, que en condiciones normales, la zona no presenta ningún
tipo de variación magnética medible.
El peñón de Es Vedra
Pero los misterios no se quedan solo en la mar, ya que existen muchas
leyendas entorno al islote de Es Vedra, el cual, tal vez por simple
casualidad, queda englobado dentro de uno de los vértices del triangulo.
Cargado de leyendas y testimonios que sitúan muchos de los
avistamientos en la costa de este peñón, reconvertido a día de hoy en
parque nacional, ciertamente su solitaria imagen cautiva a la mayor
parte del turismo ibicenco.
Pero la historia de este islote se remonta mucho más atrás en el
tiempo. Ya los cartagineses, le otorgaron cierto poder a la isla
considerando que la isla era sagrada ya que su forma natural, casi
piramidal, inspiró en este pueblo la creencia de que era la morada de la diosa Tanit, diosa del amor en la mitología cartagenera.
Así mismo, muchos le han atribuido un gran poder telúrico, similar al
de Stonehenge o al de las pirámides, muy elevado y causante de las
perturbaciones magnéticas. De hecho, un mito popular asegura que para
poder volver a la isla, los visitantes se deben despedir de la isla
tocando los tambores antes de partir.
Pese a todo, no aparecen referencias escritas a sucesos paranormales
en esta isla hasta que, en el siglo XVIII, es desterrado en ella el
misionero y fundador del monasterio de las Carmelitas Misioneras, Francisco Palau.
Según este, durante su estancia en las escasas cuevas de la isla, fue
testigo del deambular de seres luminosos que parecían surgir de la
profundidad de la isla, lucha entre luminosos ángeles y demonios e,
incluso, de recurrentes apariciones marianas. Muchos, a día de hoy,
aseguran que entorno a la isla, aun se dejan ver las misteriosas figuras
luminosas que el fraile describió en sus obras.
Pero el misterio de esta isla aun va más allá. El citado caso
Manises, curiosamente se inicia en la vertical de esta isla y muchos
aseguran que sobre la vertical de la isla se suelen ocasionar
avistamiento.
Esto junto a la leyenda de que la isla es un punto de energía
telúrica, ha alimentado la creencia de que o bien la isla contenga una
especie de base submarina extraterrestre o sea un punto de
abastecimiento, similar a una gasolinera, para los OVNIS.
Otras leyendas aseguran que el islote es una parte de la perdida
Atlantis, aunque los registros geológicos aseguran que el islote
pertenecía al archipiélago balear se hundiera creando el actual rosario
de islas.
Verdad o mentira, lo cierto es que tanto el peñón como el propio
triangulo queda fuera de la ciencia moderna rodeado de un gran halo de
misterio cuyas respuestas están guardadas celosamente bajo el mar y la
tierra que sustentan esta área.
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