Sabíamos que la energía eólica suponía un gran riesgo para las aves (choques, destrucción de hábitats, etc…) aunque lo que viene ahora, te deja un poco sorprendido.
Según un informe elaborado por el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de EE.UU. explica cómo en tres grandes plantas de energía térmica solar de California, se detecta un gran número de lesiones en las aves y cómo hay muy pocas formas de solucionarlo.
El flujo solar concentrado y el impacto de los paneles fotovoltáicos, genera tal calor que acaban “asando” a las aves durante el vuelo.
En el estudio realizado por el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos, analizan los cadáveres de las aves recogidas en las cercanías de 3 grandes centrales termosolares situadas entre California y Nevada, con especial atención al complejo de Ivanpah, recientemente inaugurada y que es la planta termsolar más grande del mundo. Cada una de estas instalaciones emplea una estrategia diferente para derivar la energía del sol. Ivanpah es una planta termosolar (325 MW) con heliostatos que reflejan la luz hacia una torre con una cladera donde se alcazan más de 400ºC, la planta del proyecto Génesis (250MW) emplea un sistema de canales y Desert Sunlight (550 MW), es una instalación solar típica con paneles fotovoltáicos. El informe indica cómo el flujo solar concentrado de los heliostatos hacia la caldera en lo alto de la torre; en este caso la central de Ivanapah que es de este tipo, constituye una gran amenazada a las aves silvestres de la zona, donde de los 141 cadáveres que únicamente provenían de este proyecto, 47 de ellos presentaban signos de lesión por el flujo solar, con daño en las plumas que va desde el chamuscado, quemaduras o carbonización.
Causas de muerte – Fuente National Fish and Wildlife Forensics Laboratory Reinita coronada (Setophaga coronata) con daños por el flujo solar – National Fish and Wildlife Forensics Laboratory Daños en el Halcón peregrino – National Fish and Wildlife Forensics Laboratory Según explican los autores del informe.
El daño en las plumas, impide al ave volar y buscar alimento, escapar de depredadores o regular su temperatura corporal, lo que acaba provocando la muerte del ave en un tiempo no muy grande. Este daño no sería unico de las aves, sino que también afectaría a los insectos, ya que los insectos se ven atraídos por el el reflejo de los heliostatos, que atraen a pájaros pequeños que se alimentan de estos insectos y éstos pájaros atraen a su vez a depredadores como los halcones que también se ven perjudicados por el calor generado.
Incluso los autores van un poco más allá e inciden en que estas plantas podrían estar implicadas como una de las múltiples causas de la desaparición de la mariposa monarca (agricultura intensiva, herbicidas contra algodoncillo, o la pérdida y modificación de hábitats), aunque no es más que una de las múltiples hipótesis que están detrás de la posible desaparición. El problema según los autores, tiene una solución compleja y las únicas medidas más o menos fáciles de hacer y que podrían reducir estas mortalidades, serían que las zonas de las plantas no tuvieran ningún tipo de vegetación, para evitar ser atractivas para las aves durante el vuelo y que se vieran afectadas por el flujo solar. De todas formas, esto no es nada ya que se estima que las ventanas de los edificios confunden a los pájaros y matan a unos 988 Millones de aves (Loss et al. 2014).
Una nimiedad lo de las plantas térmicas comparado con las ventanas de los edificios.
Noticia vía Slate – Solar Power Plants Are Literally Roasting Birds In Flight
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