Nuestra necesidad de aprobación y de
sentirnos amados nos hace buscar constantemente reafirmaciones del
afecto que creemos tener. Esto puede llegar, en casos de inseguridad, a
la paranoia y a la elucubración de todo tipo de pruebas en las que se
busca de nuevo tener esa certidumbre fugitiva del amor del otro. Una de
estas pruebas, aparentemente con un soporte científico, es la del contagio del bostezo.
Un estudio realizado en la Universidad de
Pisa en el 2011 descubrió que los bostezos de los familiares cercanos y
de las personas con un vínculo emocional son especialmente contagiosos.
Entre más cercana la relación aparentemente más rápido se contagia el
bostezo. Cuando bostezas en frente de alguien querido es muy probable
que esa persona bostece de regreso —al menos de que no te quiera.
En su libro The Tale of the Dueling Neurosurgeon, Sam
Kean, basándose en el estudio de la Universidad de Pisa, conjetura que
existe una relación entre el bostezo y el amor verdadero. Y presenta el
contagio del bostezo como un indicador afectivo. Puedes incluso ir
tomando el tiempo que la persona tarda en bostezar. Hoy en la comida. En
una semana. En un mes. ¿Tu novio sigue tan fascinado contigo cómo tu
con él o poco a poco se va desencantando del sueño del amor? Te puede
decir todo el tiempo frases dulzonas y sonreírle a todo lo que haces,
¿pero bosteza cuando tu bostezas? (Puedes usar el detector de patanes de
Sam Kean para poner a prueba la dilación de su bostezo). Lo puedes
hacer también, aunque de manera más arriesgada, en la primera cita: si
bosteza es que quiere dormir contigo (acaso ese es el metalenguaje del
bostezo una complicidad hipnótica-empática un poco hiperbólica).
Muchos animales bostezan; son menos los
que bostezan de manera contagiosa: los humanos, diferentes tipos de
monos y los perros, por citar algunos. No se tiene consenso sobre cuál
es la función del bostezo, se cree que podría tener que ver con un
mecanismo para enfriar el cerebro o que es una respuesta a una secreción
de opioides en el cerebro. El bostezo sigue siendo misterioso.
Garret Norris, profesor de la Universidad
de Leeds, autor de un estudio similar, señala: “Creemos que el bostezo
contagioso es un indicador de empatía. Indica una apreciación por la
conducta y el estado fisiológico de otra persona”.
Esta prueba que si bien es sobre todo
tomada como juego por parte de Kean no sugiere que cuando una persona
bosteza en respuesta a otra esto significa necesariamente que esta
enamorada de la otra –existen muchos factores que pueden influir en
esto. Sugiere que en personas que tienen una relación afectiva, la falta
de contagio del bostezo –no de uno sino reiterativamente– puede ser un
indicador de que el cariño o la empatía que se tenía se está perdiendo.
Un indicador a tomar en cuenta entre varios más.
http://pijamasurf.com/2014/03/quieres-saber-si-tu-pareja-aun-te-quiere-haz-la-prueba-del-bostezo/
No hay comentarios:
Publicar un comentario